La inauguración de un nuevo ciclo de gobierno consta de un guión dictado por la tradición institucional, y, también, de espacios para que cada mandatario imponga su impronta. Son momentos donde los símbolos adquieren una relevancia especial. Los detalles suelen reflejar convicciones, afiliaciones, gustos y creencias: ello surge en plenitud en el repaso de los automóviles utilizados por cada presidente electo por el voto popular para trasladarse hasta el recinto de la Asamblea Legislativa.
Si la preferencia por el descapotable icónico de la estadounidense Cadillac que encargó Juan Domingo Perón prevaleció en los primeros juramentos, después se generalizó la opción por los modelos modernos de origen europeo. Entre 2007 y 2015 prevalecieron las marcas alemanas: Cristina Fernández de Kirchner eligió un Audi mientras que Mauricio Macri paseó en un Volkswagen. Con la excepción de Alberto Fernández, todos los jefes de Estado se dejaron conducir por choferes al acto de juramento de sus cargos.
Raúl Alfonsín (1983), Carlos Menem (1989) y Fernando de la Rúa (1999) se trasladaron a recibir los atributos del Poder Ejecutivo de la Nación en el “Cadillac de Perón”. El descapotable fue fabricado en 1955: tiene un motor V8 de casi siete litros de cilindrada y alcanza una velocidad de hasta 180 km/h. El equipamiento de serie incluye caja de cambios automática y levanta cristales eléctricos, lujos impactantes para su tiempo. A pesar de sus casi 70 años de historia, acumula 18.000 kilómetros de rodaje. Y, si bien se lo conoce por el nombre del Presidente que lo incorporó a la flota, Juan Domingo Perón nunca pudo aprovecharlo: cuando el auto entró en el país, a finales de 1955, el general ya había partido al exilio tras ser derrocado por la Revolución Libertadora.
En 1995, al jurar por segunda vez como presidente de la Nación, el riojano eligió un Peugeot 405 SRI blindado.
Néstor Kirchner usó un Renault Laguna para asumir el mando el 25 de mayo de 2003.
En 2007, la esposa del presidente saliente, Cristina Fernández de Kirchner, empleó un Audi A6 para trasladarse hasta el Congreso.
En 2011, Cristina arribó al Poder Legislativo de la Nación para jurar por segunda vez como jefa de Estado en un Volkswagen Passat CC.
El 10 de diciembre de 2015, Mauricio Macri fue del Congreso a la Casa de Gobierno en un Volkswagen Touareg color blanco. El Presidente y la primera dama Juliana Awada hicieron parte del trayecto parados y con medio cuerpo afuera del techo rebatible.
Cuatro años más tarde, el presidente electo Alberto Fernández rompió las tradiciones y condujo su propio auto hacia la Asamblea Legislativa. Se trata del Toyota Corolla versión XEi con caja automática CVT de fabricación brasileña considerado el sedán más vendido de todos los tiempos.